miércoles, 13 de abril de 2016

La música como bálsamo ante la catástrofe, Titanic

La banda del Titanic representa un símbolo de nobleza y heroísmo. Muchos son los artistas que se han apoderado de la leyenda de aquellos músicos que siguieron tocando hasta que las aguas se tragaron el barco.
 Cuando se produjo la colisión con el iceberg, a las 23.40 horas del domingo 14 de abril de 1912, muchos pasajeros ni siquiera se percataron del choque, dormidos plácidamente en su camarote. La mayor parte de la tripulación se había retirado a sus aposentos después de la cena, ya que ese día no había baile y la orquesta había terminado su jornada. Pero los músicos fueron de los primeros miembros de la tripulación en actuar frente al desastre .Poco después de medianoche el violinista británico Wallace Hartley, de 33 años, se aposentó en la entrada delantera de primera clase con sus siete músicos para calmar a los pasajeros que empezaban a inquietarse. Cuenta la leyenda que algunos perdieron un tiempo valioso para alcanzar alguno de los botes salvavidas, ensimismados ante las canciones de la banda. Lo que sí es cierto es que muchos encontraron allí el consuelo que otros buscaban en los religiosos que había en el barco.  
Una historia fascinante y al mismo tiempo terrorífica.

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